Pruebas de anclajes activos y pasivos
Las pruebas de anclajes consisten en aplicar cargas de tracción controladas mediante gatos hidráulicos para verificar la capacidad y el comportamiento del anclaje en el terreno. Se mide el alargamiento y la pérdida de tensión bajo diferentes niveles de carga.
En los anclajes activos, que se tensan en obra, las pruebas permiten confirmar que la carga de servicio se mantiene sin desplazamientos excesivos ni fluencia significativa. En los anclajes pasivos, que no se tesan inicialmente, las pruebas suelen enfocarse en ensayos de investigación o adecuación para evaluar la capacidad del bulbo y la respuesta del terreno.
Estas pruebas son fundamentales en obras de muros de contención, taludes y excavaciones profundas, ya que aseguran que los anclajes cumplen con los requisitos de seguridad y desempeño antes de entrar en servicio.